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Mostrando entradas de diciembre, 2014

Copy-Paste: Trenzaré mi tristeza (Paola Klug)

"Surfeando", me encuentro con esta buena sorpresa, escritura que me ha gustado mucho: Paola Klug. Entre las muchas cosas bellas que escribe en su blog , esta, por lo que veo, bastante citada: Trenzaré mi tristeza Decía mi abuela que cuando una mujer se sintiera triste lo mejor que podía hacer era trenzarse el cabello; de esta manera el dolor quedaría atrapado entre los cabellos y no podría llegar hasta el resto del cuerpo; había que tener cuidado de que la tristeza no se metiera en los ojos pues los harìa llover, tampoco era bueno dejarla entrar en nuestros labios pues los obligaría a decir cosas que no eran ciertas,  que no se meta entre tus manos- me decía-  porque puedes tostar de más el café o dejar cruda la masa; y es que a la tristeza le gusta el sabor amargo. Cuando te sientas triste niña, trénzate el cabello; atrapa el dolor en la madeja y déjalo escapar  cuando el viento del norte pegue con fuerza. Nuestro cabello es una red capaz de atraparlo todo, es f

Copy-Paste: Se acerca la natividad

A propósito de las celebraciones de natividad que se acercan, bueno es situarlas. Tomo el siguiente texto del libro de John Dominic Crossan, El nacimiento del Cristianismo (Bilbao: Sal Terrae, 2002, p.29). ------------------------------------------------------------------------------- Sabemos, por los ejemplos citados y otros muchos como ellos, que los cristianos más primitivos vivieron en un mundo aún no acosado por el racionalismo directo o indirecto, un mundo donde las concepciones divinas eran bastante aceptables y donde, de hecho, divino y humano, eterno y temporal, cielo, tierra y Hades eran maravillosamente permeables y abiertos unos a otros. Ellos jamás pudieron argumentar que Jesús era singularmente único porque sólo en él había sucedido una concepción divina en todo el mundo. No pudieron y no lo hicieron. Este es el segundo y más fundamental aspecto del problema ético. Cuando nosotros interpretamos que ellos dicen que el Jesús histórico es singularmente único y que t

Copy-Paste: Coca Cola o del fetiche de la mercancía

Estos párrafos que reproduzco son los dos finales del artículo "Delirantes asiáticos y pinaista cándido", del pensador Helio Gallardo, de su página Pensar América Latina . Un pianista costarricense, que se autodetermina escritor, narra que se tomó una Coca Cola que tenía nombre: “Jesús” (LN: 24/11/2014). Irrumpe en furia sagrada: “El alma ha migrado. Ahora anida en las cosas”. “¡Gaseosas con nombre! ¿Qué sentir ante tal manifestación de imbecilidad?”. En realidad la Coca Cola siempre se ha llamado aparentemente así: Coca Cola. El “Jesús” es nombre de persona y una estrategia publicitaria para que los jesuses se tomen una Coca Cola con su nombre. Pero el nombre efectivo de una Coca Cola es su precio (en Costa Rica entre 600 y 1000 colones). Se trata de una mercancía, no de un refresco. La universalidad de la forma mercancía tiene el poder de tornar sociales las cosas y hacer de los individuos humanos sus billeteras (o sea cosas). El fenómeno se llama reificación, es i