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Mostrando entradas de abril, 2013

Árbol, Tierra, Brisa.

Árbol , un ejercicio de 1989. Tierra y Brisa , de 1987. ÁRBOL Respiro hondo la sombra del árbol. Palpo suave la savia del árbol. Observo atento la raíz del árbol. Miro. No soy árbol. Cae con levedad el silencio en torno y llega, perezosa culebra de luz, a mis pies. Allí se alza sin permiso, penetra arrojando las buhardillas desconocidas de mi casa ante mis heridos ojos ya tan temprano. Merodea entre los escorzos y tan de repente me hunde al mundo con su picotazo de águila furiosa, dejando al aire los más dolorosos nervios, que beben, obligados, de la sangre de la brava tierra en sus gemidos y sueños de piel desgarrada entre frágiles estoraques desleídos por las manos de la ciudad. Respiro hondo, sombra de árbol. Palpo suave, savia de árbol. Observo atento, raíz de árbol. Siento. Como un árbol. Ya no silencio ni serpiente. Ahora como sangre que se desliza entre la fruta cuyo ojo se levanta espejo que es mi propia entraña diciendo cada gota de estrella y cue

Casa, Patio, Palabra

Estos traspapelados quizás sean del año 1989 o 1990. ESBOZO DE CASA La puerta, quicio donde rugen y entrechocan las mareas, o bien chapa segura y madera firme o metal, según ofrezca el fabricante. La ventana, tremor del mundo donde los pájaros de la semilla reposan el mar encendido, o bien útil entrada de luz para iluminar las labores de la abnegada ama de casa. El piso, opaco por la mancha de café que dejó el paso de los desordenados amores, o bien la bien lograda geometría de las junturas gracias a la confiable empresa cementera. El techo, Atlas que suspira sobre sus hombros el universo entero, o bien la tapadera al abismo de la lluvia, el viento y la estrella. Los muros, murmullo de los fantasmas que pican el pan en la eterna mendicidad del beso, o bien los cuatro lados que delimitan el tomarse en serio la vida. Las diferencias son abismales, como en un sueño que navega hacia otro sueño. Hay que explicar a los niños, con toda claridad, la diferencia entre u

Del Cuaderno Morado (y 5)

* Quien escribe con lento murmullo, quien lee con frágil paso, al hacer frente al espejo escucha la pregunta que la imagen le devuelve: "Dime, ¿quién eres tú, sólo, tú mismo y sin nombre?" Así redactada, como la redactó Tolkien en boca de Tom Bombadil, es la gran pregunta. Las palabras que se recitaban en la sala de la doble Maati (en El libro de los muertos ): "¿Quién eres tú? ¿Cómo te llamas?" * Días contemporáneos, en una caricatura. Olafo camina con su hijo, y revela: "El secreto es destruir antes de que te destruyan". Inquieto el hijo, Hamlet, pregunta: "¿Y si el otro ni siquiera piensa destruirte?". Con calma y firmeza, el padre aclara: "Es el riesgo que debes correr". * Habitar la tierra , titula Helio Gallardo uno de sus libros. Cama, Mesa, Juego, las tres habitaciones -digo yo- de toda casa común. En cada una, un viaje, un viajero: al filo de la madrugada un Ulises parte, para después de mil noches y una volver a ell

Del Cuaderno Morado (4)

* ¿Cuál es el misterio del Sur? Como tristeza, como nostalgia... * Samuel Feijoo: Vida completa del poeta Wampampiro Timbereta . Anécdota tras anécdota, simpática no más. Para pasar la tarde, como comiendo dulce, y ya. * Noche tibia. No es temperatura: es nostalgia. El momento en que el sur se hace Sur. Se hace Sur hinchándose, furibundo, al interior. Un aroma que transforma todo en vejez recia y soledad vertical. * ¿Tibieza? Ahí están algunos capítulos de El Señor de los Anillos , o toda Cien Años de Soledad . * Árida cosecha, mónadas estúpidas, camino empedrado. De pronto, en el libro se asoma una ventana; siempre, inesperadamente. Ese es el acto de lectura: descubrirla en medio de la noche oscura. * Allí, en los estantes de la casa paterna, las Historia... de Pijoán y de Will Durant. Gracia y agilidad que respiran en sus viejas páginas. * El sur también existe, canta Serrat. Canta Mutis: Una palabra, una sola palabra, y se inicia la danza de una fértil mis