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Mostrando entradas de 2015

Apunte sobre una frase de Lezama Lima

"...el tiempo interviene como un artífice preciso, pero ciego, anulando las primeras cualidades buscadas por el artista y añadiéndole otras que serían capaces de humillar a ese mismo artista al plantear la nueva solución de un rostro de piedra que él no pudo ni siquiera entrever" Lezama Lima, en Paradiso . El tiempo, orfebre ciego. Su cincel no sólo humilla la intención de la forma, sino que, incluso, labra la humillación de su propia intención. Con su tanteo azaroso recoge las piedras desechadas por el tiempo de los hombres, y alza apagados ángeles de patas de gallo y alas rotas que, con inagotable sed de espejos, cavan a través del magna de los volcanes el vuelo del topo. Sólo el desangre de cada evento le entumece por momentos, invitándolo al reposo.

Una segunda oportunidad

(Son estos dos párrafos de un trabajo que escribo actualmente. Los elaboro sobre una mirada al libro de Marcelo Pakman, Texturas la imaginación ) Evoque el lector esta imagen literaria: algunos momentos después de la revelación que le proporcionó la clave definitiva para desentrañar la escritura de Melquiades, Aureliano Buendía sabría que en realidad era Aureliano Babilonia, el último descendiente de la estirpe. En la lectura de aquellos viejos manuscritos no sólo descifró la historia de sus orígenes, sino que “empezó a descifrar el instante que estaba viviendo, descifrándolo a medida que lo vivía, profetizándose a sí mismos en el acto de descifrar la última página de los pergaminos, como si estuviera viendo en un espejo hablado”. Su acto de descifrar se acompaña del “viento, tibio, incipiente, lleno de voces del pasado, del murmullo de geranios antiguos, de suspiros de desengaños anteriores a las nostalgias más tenaces”. Antes de llegar a los últimos versos y ya en medio del hurac

Copy paste: Viernes santo

El texto que reproduzco, cuya traducción de fue proporcionada por Javier Giraldo, proviene de: Sawicki, Marianne, Seeing the Lord. Minneapolis, Fortress Press, 1994, p. 9 En quinto lugar, Jesús fue violado sexualmente. Como preso político que fue “desaparecido” por un escuadrón de la muerte, él fue totalmente vulnerable a la tortura, mediante la cual los mercenarios imperiales se divertían ellos mismos luego de un arresto clandestino y un juicio a media noche. A la luz del día Jesús murió desnudo, frío, ensangrentado y desgarrado, bajo la mirada desdeñosa de los hombres que se habían apoderado de él. Las miradas de ellos sobre el crucificado se han prolongado estéticamente en las tradiciones de la imaginería occidental. El cuerpo retorciéndose sobre una cruz dorada y el bebé contorneándose sobre las rodillas de la madona son representaciones artísticas estereotípicas de la sexualidad humana de Jesús que nos resultan familiares, a través de las cuales él era tan vulnerable como cu

Visión del Ciego, en la Catedral

1. Los harapos en la escalinata gorgoteando su letanía como labrando las piedras que alzan al campanario. 2. El murmullo y su incienso acunan al tiempo entre los capiteles como velando otra eternidad más al bronce merecida. (En las ruinas de Gramalote, Diciembre 22 de 2014) 

Copy-Paste: De la historia

*** La voz que leyó estas páginas quiso ser el eco de las voces conjuntas de mis personajes. No tengo, a decir verdad, más voz que la que ellos tengan. Perdónenme si les pareció poco esto que para mí es todo. (Saramago, “De cómo el personaje fue maestro y el autor su aprendiz”, 20) *** (…) partimos de la idea de que los textos no son entidades que existen per se, que se evidencian y ocultan frente al lector de acuerdo con su cualidad comprensiva, que contienen un significado unívoco, que permanecen inertes frente a las certezas e incertidumbres de quien desea entrar en contacto con ellos. Por el contrario, consideramos que en la relación fundamental lector-texto es posible construir significado, hacer y deshacer sentidos posibles, imaginar escenarios y modificarlos en el tránsito por la lectura. (Pinilla (ed), El cuidado de lo humano , 77) *** La historia tiene una historia y la historia de la historia, también. (Springbord, “Algunas premisas de la historia”, 465) ***

Lo perdido

Enorme era, y crujió, sacudiendo el aire del monte hasta muy lejos. Enorme y centenario, no aguantó su propio peso y se quebró. Con estrépito, cayó a la cama de espeso follaje. Pero lo hizo justo en el preciso instante, para que alcanzara a alzar el vuelo la mariposa, que se alejó del desastre. Esta tomó la dirección que convenía, la que le destinó ser captada por el ojo avizor del ave que, con rapidez, modificó su vuelo para atraparla en su pico y tragarla. La trayectoria que el ave siguió fue tan rigurosa, que el geómetra adivinó allí, por fin, la forma que andaba buscando hacía tanto tiempo. En la noche, de entre sus dedos manipulando la escuadra y el compás, emergió en la arena la imagen de algo que fue madera y viento, antes de que la marea subiera a limpiar la playa.