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Mostrando entradas de enero, 2013

Copy-Paste: Casa de Citas

Crítica: Entretanto, Momo, recelando lo peor y trayendo a la memoria una antigua profecía que no contenía nada halagüeño para sus hijos, los Modernos, enderezó su vuelo hacia la región de una diosa maligna, llamada Crítica. Ésta moraba en la cumbre de una montaña nevada de Nueva Zelanda, y fue allí que Momo la halló en su antro, tendida sobre los restos de numerosos volúmenes, medio devorados. A si diestra estaba sentada Ignorancia, su padre y esposo, ciego por la edad; a si izquierda Soberbia, su madre, que vestía pedazos de papel que había roto. Estaba presente su hermana Opinión, la de los pies ligeros, la de los ojos vendados, testaruda, aunque veleidosa. Junto a ella jugaban sus hijos, Escándalo, Atrevimiento, Estupidez, Vanidad de tono decisivo, Pedantería y Malos Modales. La diosa tenía uñas como el gato; la cabeza, las orejas y la voz, semejantes a la del asno; los dientes salidos; los ojos vueltos hacia dentro, como si solamente mirase a sí misma; se sustentaba de su propi

Zumbador

Lo que quedó de unos apuntes del año 1985... (Zumbador es una vereda del municipio de Gramalote, en Norte de Santander) **** Silente llega el ocaso del cálido día que no olvida ni monte ni camino como farola permanente entre los entresijos de la tierra. Se relajan los últimos látigos de luz. Quedan orquídeas en la memoria. *** Espiral hacia dentro el tiempo como niebla de páramo o silencio de luz. Arde con lentitud ante el ojo y se concentra con brevedad, antes del parpadeo que escupe planetas-montaña, caudal de estrellas, como pequeño hongo de cosmos y humano tiempo gesto y garganta y puño y silencio y árbol y nudo, y tan vertido y desgajado se ceniza en espiral, hacia dentro, nuestro. *** Se abre el párpado, bostezo de inmensidad, luz trabajosa sobre el mundo callado. Cobija que sostiene la fogata, aliento de evangelio, gota de sudor, cuerpo de caña en el paladar del viento. *** Del cuerpo decir, exacto, por ejemplo. La tierra es cálida, el horizont

Pronto

Se trata ésta de una escritura, un borrador, de marzo de 2012... *** Pronto partiré. Un mes o dos, quince días, un año, algo más o algo menos, no lo sé. Mientras desde este punto los objetos de la casa inician su espera, y de ellos, los inesperados, los escondidos y arrumados sin querer en los rincones y trastiendas de los muebles y esquinas, anhelan o temen su redescubrimiento: serán apreciados por un breve tiempo antes que una mano férrea los impulse de nuevo a alguna oscuridad, o desechados definitivamente hacia un mundo que, seguramente, adivinarán cada vez más pálido y deslucido, allá afuera, a juzgar por los comentarios de los habitantes de la casa y sus visitas. “Tan sólo tengo hambre. Dame de comer”, dice la pequeña bestia negra. Es cierto: ya es la hora. Es más, es hora de su desayuno, y del nuestro también. Nos hemos mal acostumbrado a sus quejidos a tempranas horas de la mañana, que emergen marinos hacia las paredes de nuestra casa. Mi esposa pensó, tres días

Matacho: Bosque / Plaza

Bosque  Plaza: