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Mostrando entradas de 2012

Matacho (again)

Urgente: Pesadilla:   Lecho marino:   Amadís:

Matacho

Laberintos: Reuniones, clases, esperas. Todos estos matachos han tenido su origen allí... Muerte de Tupac: Flauta: Apunte:  Cáncer:  Farolero:

Traspapelados: Papeles de 1986 (y 2)

Su origen lo expliqué en la entrada de la semana pasada. Esta, la última tanda. *** Pasos lentos para mirar de nuevo. Volver a esa puerta que alguna vez te abrieron, y golpear otra vez para ver tu rostro pasado el tiempo. Recordar las miradas de los niños flacos, el tacto de estos obreros y el saludo desde la boca hinchada pero amable del hombre de las cervezas, la vista de la niña que ahora es muchacha de piernas magulladas y temerosas, las fachadas en obra negra y con el mismo color de la calle de tierra, las piedras sueltas que se te enredan a tu paso, recuerdo inmenso en la oración de tu mirada y encontrar de nuevo el silencio de tu voz. *** Volver de nuevo cuando han sido los años de ausencia. Porque un día perdido, un minuto, un sueño, son años de ausencia. Perder un segundo (tan alegres que son los segundos) años y años de sangres y luchas y llantos… Óyeme bien: volver de nuevo cuando han sido los años de ausencia: donde nada se acaba, donde

Traspapelados: papeles de 1986 (1)

Volviéndolos a leer y trascribiéndolos, me acordé de su origen. En 1986 los compañeros de salón realizábamos una actividad de alfabetización, obligatoria dentro de la formación escolar. Un pequeño grupo nos dirigíamos una vez a la semana a un barrio de invasión, relativamente nuevo en aquel entonces, llamado Belisario. Algunas impresiones de esas visitas quedaron plasmadas en estas líneas. *** Con una triste imagen la nostalgia me ha invadido. Me dirijo a casa. Un golpe de pronto, como si algo dentro de mí fuera ojo herido por el sol inclemente: recuerdo a la amiga que ahora deseo a mi lado, a las personas que han pasado por mi vida, pequeños detalles entre risas y llantos y abrazos. Todo es una misma cosa, y como preludio de todo ello de nuevo en un futuro incierto. Recuerdo un canto: Ganarás el pan con el sudor de tu frente, y la luz con el dolor de tus ojos . Salir a ver. Ver, y encontrar vida. Tomar cerveza. Chapotear en el barro. *** Lluvia. Hermana. Acompaña y re

Traspapelados: Cancioncillas (1987)

Vea usté: papeles del año 1987... Cancioncilla del lápiz perdido. Mi lápiz se ha perdido. Mi lapicillo de madera y carbón, mi lapicillo de morena y amor. Tiemblan mis manos en su ausencia, mis manos pequeñitas sin su presencia. ¡Ay, lapicillo! ¡Ay, alma mía, viuda del dibujo que jamás sería! Lápiz moreno, grano centeno, ¿dónde estás, chicuelo, pequeñín de vida? Me preguntan por ti y no sabré mentir. Perdido estás, perdido, en los pisos de mi ciudad; confundido voy, confundido, en los cielos de mi querer. ¡Ay, lapicillo de madera y carbón! ¡Ay, lapicillo de morena y amor! Dibujos tristes y callados en mi corazón. Cancioncilla del hijo desgraciado. Quiero, hijo, doncellas y laureles, y en una postal dos lindos corceles.             Madre, no quiero… Quiero, hijo, trovas y cantos, como aquella del cilantro.             Madre, no quiero… Quiero, hijo, un besito más, y duermas luego en paz.             Madre, no quiero… ¡Ay, mi hijo! Tris

Justicia divina

...Decir justicia social pensando en Jesús es, ante todo decir justicia divina. Pero decir justicia divina no es pensar en términos abstractos, sino desde la percepción de esos desechables, de esos campesinos a los cuales los patronos les quitaban la tierra. Sólo para poner un punto de comparación contemporáneo, y cada quien ponga aquí el ejemplo que más convenga: al término de las protestas por la privatización del agua en Cochabamba (Bolivia), uno de los dirigentes populares exclamaba emocionado, tras el triunfo sobre las exigencias de las trasnacionales: “la gente quería justicia, no balas… saciamos nuestra sed de democracia”... Conferencia dictada en la Universidad Nacional de Colombia, el 13 de noviembre de 2012. Aquí, el texto completo .

Presentimiento

Deja ir la mirada tras la ventanilla del autobús, hasta que la fija por un minuto en un viejo que trota por el parque. Quizás es muy viejo. Quizás levanta demasiado los brazos. El caso es que el autobús detiene su marcha el tiempo suficiente para que el hombre detalle al viejo. Aún no llega la media mañana, por lo que la sombra del viejo en la acera es pronunciada, nítida. Demasiado nítida, piensa el hombre. Sus formas son exactas: las líneas rectas forman figuras geométricas variables que no van acordes a los movimientos del viejo. Avanza de nuevo el autobús; atrás queda el viejo y su sombra maligna. Pocas cuadras faltan para la estación en la que el hombre tiene que bajar. El pánico empieza a crecer en su pecho.

Sueño de la Tía Carmen

Carmen apenas toca la puerta, cuando se abre: su sobrina esperaba. Ambas miradas respiran alegría. «Aún es bella, a pesar de la sepultura hace tantos años», piensa la sobrina. «Hijita», dice Carmen, «siempre los llevo en mi corazón. Pero me tengo que ir, otra vez. Acompáñame a comprar la tela para el vestido nuevo». La sobrina está conforme. Ambas salen. Afuera espera el viejo camión donde los tíos cargaban la leche de la finca a la ciudad. La tía al volante; la sobrina, indicando el camino por entre las estrechas calles de la ciudad desconocida. El tráfico es lento. La sobrina entrecierra los ojos, y los murmullos de voces familiares caen sobre su piel, como entre la niebla que baja de la montaña aún con la temprana virilidad de la tierra. Entrechocan los cántaros soltando el mugido de las vacas recién ordeñadas que reclaman a sus terneros. El vergel cercano respira su vaho entre los ladridos que amenazan con timidez la mica de los abuelos, las hamacas del corredor y las esteras

Plenario / Discusión

Plenario laboral Todos los hombres suelen reunirse en torno a la Gran Idea, ese viento de metal que algarabea trombas de redondas mesas. Sus voces se alzan en debates y orgullos enfrentados, en proyectos grandiosos que movilizarán el espíritu. Posteriormente, al igual que hacen los perros al término de la jornada de luchas por el hueso, se agrupan en las esquinas y se abrigan, ronroneando la satisfacción del objetivo logrado en tanto se lamen los lomos y los sexos. Discusión hogareña inevitable en medio del amplio arco roca arisca de repente derrumba lo que con paciencia levantado queda la aridez sola impregnando su aliento en toda geografía como agua seca de sabor violáceo parábola invadida

Muerte y Ensayo

A LA MUERTE DE ALEXANDER DÍAZ GÓMEZ (Octubre 15 de 2012) 1. Palpita de nuevo el ángel en el centro de la vida inesperado, vacío, sin color, escuálido, triste, vertical en su decisión, intransigente en el centro de la vida el ángel oscuro palpita. 2. Un nombre apenas, entre tantos, hace un minuto, hace años, ahora nuevo mojón, la frontera que se acerca, te eriza. En los años que vienen, ¿nombrarás el rosario de penas cada vez más quedo? ¿Los ojos cerrados a la tierra nombrarás? 3. En tanto hoy duerme un nombre y un ángel ahíto espera con paciencia el café de tu última mañana. Porque así moriremos todos, tal vez al inicio de la tarde, antes de finalizar el combate. ENSAYO PARA UN ARTE POÉTICA 1. Paisaje La precisa lluvia se alza, brisa opaca como espejo en silencio, en espera de la huella que atente contra lo inevitable de su tiempo. 2. Personaje            aparece  el  oasis     mira          un           instante             sig

Traspapelados: Po-emario (y 3)

COMENTARIO A UN POEMA DE BENITO MIESES Cuántos caminos desangran líneas en este tiempo sin horas Llevaba en su sangre el poder de su raza y en su mente la salvación de un pueblo: seis, los muertos en masacre en Cali; la “ñ” dejará de prevalecer, lo que confirma el decrecimiento del ritmo de la devaluación Con una eclosión de vida en esta sangre casi simple ofrezco mis servicios para laborar. Juventud colombiana: descubra su capacidad para triunfar. Los indicadores económicos muestran las gaticas, jóvenes, masajes ejecutivos, casi alma, casi piedra,  arrojada en la mirada le permite al país mirar con optimismo el futuro depredador americano. Empiezan los planes de descontaminación, los vendedores murieron en el sitio del percance, pero eso sí, si me mete por acá la guerrilla una pasión otoñal, todos combatimos la noche con el fuego: eso nos hace iguales; ambas están hoy alejadas de este mundo y con Él hasta la luz se vuelve inútil Esta forma de otro qu

Traspapelados: Po-emario (2 de 3)

HUBO UNA VEZ, POR UNA TARDE, UN CARIÑO aquí                         y                        allá los pitos y gritos y tráfico y patricia camina                            con sonrisa devolviendo la mirada a esa torre, un poquito más alta que ella, que le llaman Torre Colpatria, ¿y qué se imagina ella? el cielo quiere rozarle pero ella no le alcanza, quisiera tocar los carros, pero no, van muy rápido, y las líneas verticales y morenas ondulan ante la impasibilidad de los ventanales vecinos y las armas montadas de la PM aquí                         y                         allá                     ella puede sonreír ETERNO POEMA DE AMOR De ti nada puedo decir: Nada Nada Nada. Lo dije, y otras cosas puedo también, como afirmar mi completa incapacidad poética y mi mucho amor sincero y afanoso por tu compañía. La anterior frase, bien lo ves, es una de las tantas tan cursis que se puedan escribir en un poema de amor. Pero la anterior frase, bien lo ves, es

Traspapelados: Po-emario (1 de 3)

N.a.: Creo haber escrito estas líneas entre 1988 y 1990. FÁBULA No acaba aún el ruido atronador y la luz que enceguece ANTE   la  in-com-pren-sión E                 in-co-mu-ni-ca-ción De mi PERRO y yo Y eso que ÉL es fuerte y amable       y comprende mis                          penas SIN EMBARGO    ya                 NO me                  Habla            NO me mira CON LA mirada tierna de los días de antaño NO entiendo a este perro de peluche. ROCIO EN FLOR Cae agua dulce y delicada. Salpica, brilla, la saboreo… ¡Dios, qué mal sabor! Alzo la vista buscando la bienhechora nube, y pienso (el niño acaba de guardar su pipicito, y sube el cierre de su pantalón) que no todo es perfecto. QUIJOTE XX Bajan las lágrimas fosfóricas del occidente divino; doncellas de piél de león, un baile sensual al son de las gaitas, un galón de vino, las luces de las antorchas, y al crepúsculo las b

Copy-Paste: Casa de Citas (again)

Individuo: Si se pudieran medir los saltos de atención, el rendimiento de los músculos de los ojos, los movimientos pendulares del alma y todos los esfuerzos que tiene que hacer un hombre para conseguir abrir brecha a través de la afluencia de una calle, es de presumir que resultaría... una dimensión frente a la cual sería ridícula la fuerza que necesita un Atlante para sostener el mundo. De ahí se podría deducir qué esfuerzo tan titánico supone el de un individuo moderno que no hace nada. Fuente : R. Musil, El hombre sin atributos , Parte 1, Cap.2. Juego: Apolo delante iba con la muy venerable égida y demolía el muro de los aqueos con gran facilidad, como la arena junto al mar un niño cuando, nada más fabricar con ella pueriles juguetes, vuelve en sus juegos a desbaratarlos con manos y pies. Fuente : Homero, Ilíada , Canto XV, 360-364. Moscas: “Pero muy atroz miedo siento de que entre tanto en el cuerpo del fornido hijo de Menecio penetren las moscas por las herida

Copy-Paste: Casa de Citas

Académico: Habiendo cambiado radicalmente el curso de las cosas entre la época de los Antiguos y la nuestra, y siendo los Modernos profundamente conscientes de este cambio, nuestros contemporáneos han descubierto un método más corto y más prudente para convertirse en sabios y en intelectuales sin tomarse la molestia de leer o de pensar. En nuestros días existen dos métodos muy apreciables para usar con los libros; el primero consiste en tratarle como a lores: se aprende exactamente su título y luego se vanagloria uno de ser su amigo íntimo. El segundo, el más refinado, el más rebuscado y el más profundo, consiste en recorrer la tabla de materias que rige y gobierna todo el libro igual que la cola rectora del pez. Pues no se entra en el palacio de la sabiduría por la puerta mayor sino es a costa de muchas dilaciones y formalidades; es por eso que los hombres afamados, que rehuyen las ceremonias, se contentan con entrar por la puerta trasera. Fuente : Jonathan Swift, El cuento