Plenario laboral
Todos los hombres suelen reunirse en torno a la Gran Idea, ese viento de metal que algarabea trombas de redondas mesas. Sus voces se alzan en debates y orgullos enfrentados, en proyectos grandiosos que movilizarán el espíritu. Posteriormente, al igual que hacen los perros al término de la jornada de luchas por el hueso, se agrupan en las esquinas y se abrigan, ronroneando la satisfacción del objetivo logrado en tanto se lamen los lomos y los sexos.
Discusión hogareña
inevitable en medio del amplio arco
roca arisca de repente
derrumba lo que con paciencia levantado
queda la aridez sola
impregnando su aliento en toda geografía
como agua seca de sabor violáceo
parábola invadida
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