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Mostrando entradas de 2013

Copy-Paste: En el principio

Elisa Lucas, actriz y dramaturga brasilera, escribe en el 2011 una pequeña y bellísima obra teatral, La Dama de los Evangelios, cuya protagonista es, cómo no, María Magdalena.  El texto fue editado en la antología Dramaturgia de Iberescena (Paso de gato, México, 2012). El fragmento que reproduzco corresponde al primer monólogo que abre la obra. Magdalena: El el principio yo tuve hambre. Dicen que primero Dios hizo el cielo y la tierra. Yo no lo creo, nunca lo he creido. Pensaba que si Dios creó realmente la vida, él habría empezado por el hambre. Porque cuando uno tiene hambre de alguna cosa es cuando se siente vivo de verdad. Yo tenía hambre de todo. Nada me satisfacía.Disfrutaba de mi cuerpo hasta el agotamiento: el sexo del hombre, el seno de la mujer, la madera del mueble, el pelo de un animal.

Copy-Paste: En la cueva

El fragmento, tomado de El Evangelio Según Jesucristo , de José Saramago. Dentro de la cueva estaba oscuro, la débil luz del exterior se detenía en la misma entrada,  pero, en poco tiempo, allegando un puñado de paja a las brasas y soplando, la esclava  hizo una hoguera que era como una aurora, con la leña seca que allí encontraron. Luego,  encendió un candil que estaba colgado de un saliente de la pared y, habiendo ayudado a  María a acostarse fue por agua a los pozos de Salomón, que están justo al lado. Cuando  volvió, encontró a José aturdido, sin saber qué hacer, no debemos censurarle, que a los  hombres no les enseñan a comportarse con utilidad en situaciones como ésta, ni ellos  quieren saberlo, lo único de que son capaces es de coger la mano de la sufridora mujer y  mantenerse a la espera de que todo se resuelva bien. María, sin embargo, está sola, el  mundo se acabaría de asombro si un judío de aquel tiempo se atreviera aunque fuese a  tan poco. Entró l

Copy-Paste: Parábola de navidad

La cita se toma del libro de Marcus J. Borg y John D. Crossan, La primera Navidad: Lo que los evangelios enseñan realmente acerca del nacimiento de Jesús (Editorial Verbo Divino, Estella-Navarra, España 2009), pp. 41-42 LAS PARÁBOLAS [NAVIDEÑAS] COMO RELATOS SUBVERSIVOS Y lo mismo que Jesús contó relatos subversivos acerca de Dios, sus seguidores contaron relatos subversivos acerca de Jesús. Los evangelios están llenos de esas historias. Los relatos del nacimiento se encuentran entre ellas. Para ilustrar esto, a continuación vamos simplemente a mencionar, sin hacer una exposición detallada, algunos de los temas que desarrollaremos con mayor detalle en el resto del presente libro:  ¿Quién es el "rey de los judíos"? Éste era el título de Herodes el Grande, pero el relato de Mateo nos cuenta que Herodes se parecía más al faraón, el señor de Egipto, el señor del cautiverio y la opresión, la violencia y la brutalidad. Y su hijo no era mejor. Por el contrario, Jesús

Copy-Paste: La primera navidad

La cita se toma del libro de  Marcus J. Borg y  John D. Crossan ,  La primera Navidad:  Lo que los evangelios enseñan realmente acerca del nacimiento de Jesús ( Editorial Verbo Divino, Estella-Navarra, España 2009), pp.  77-79 LA PRIMERA NAVIDAD ¿Qué piensas que les sucedió a los pequeños pueblos colindantes cuando las legiones atacaron a sangre y fuego esa ciudad situada en sus inmediaciones? ¿Qué piensas que le sucedió a Nazaret, una minúscula aldea situada a unos seis kilómetros, a una hora y media a pie, sobre la cresta montañosa de Nazaret y al otro lado del fondo del valle de Beth Netofa? Josefo no da ninguna descripción detallada de lo que suce¬dió alrededor de Séforis en el año 4 a.e.c., pero podemos aplicar a Nazaret lo que ocurrió cuando las legiones sirias, bajo el mando de Vespasiano, marcharon hacia el sur contra la siguiente rebelión, en los años 67-68 e.c. En Gerasa, o Jerash, situada al otro lado del Jordán respecto a Séforis, Lucio Anneo "pasó a espad

Atalanta

Ayer me mordió de nuevo. Como nunca antes conservé la serenidad, pues justo en ese momento me llegó una completa certeza: se trataba de un comportamiento que había sobrepuesto a lo esporádico y caprichoso en sus frecuencias una regularidad medible, verificable. El proceso, en la actualidad, comienza hacia el jueves o viernes, cuando los síntomas hacen su discreta aparición. La pupila se dilate o contrae sin relación alguna con las condiciones lumínicas del momento. La amabilidad que traía desde el comienzo de la semana emana una especie de hálito de ciervo en alerta. Las maderas de la casa empiezan a sufrir contenidos rasguños, disimulados entre el estropicio de los ruidos de la ciudad. En la calmada respiración, como un frustrado ronroneo, apenas perceptible. Todo culmina el sábado en la noche, a más tardar el domingo en tempranas horas. La víctima (esto lo digo desde mi juicioso ejercicio de auto-observación) respira una honda calma, una gran confianza, de manera que el ataq

De Cuervos y Ángeles

Detrás del ángel, un cuervo. Todo lo que quedó fue un doloroso deseo. Quién de ellas, en su llanto que congestiona la mirada, no hubiera preferido verter lágrimas sobre la tierra familiar al pie del osario merecido, en vez de confundirlas con el lamento frente a la indiferente tropa mientras los cuervos se disputan los restos. Quién de ellos, en su contenida mirada de furia, no hubiera preferido mesarse las barbas en el círculo del patio familiar a la luz de los candiles, en vez de dejarlas agitar al viento vacío del desierto mientras aprietan los puños inútiles bajo las raídas mantas. Detrás del cuervo, un ángel. Inevitable que la noria de los oficios cotidianos oficiara de oferente, con sus discretos tañidos, al día siguiente, al mes siguiente, al año siguiente. En tanto, a quienes les fue arrancado el corazón, siguieron latiendo. Las mujeres tejieron sus trenos en voz baja, y los que curtían sus pies por los caminos polvorosos recogieron aquellos hilos frágiles para dejarlos

Cpoy-Paste: Casa de Citas

Título: lo pone esta mano. Se cita la fuente del texto reproducido. Pausa: Mientras tiembla la piel bajo las ásperas camisas en el patio nocturno mojado por la huelga toda la ferocidad del mundo se detiene con un cigarrillo y el amor es un ave perdida en el mar sobreviviente de la tormenta del recuerdo. Fuente : Roque Dalton, “El pasa por una fábrica”, en: Los testimonios . UCA Editores: San Salvador 1996. p.103. Presencia: ojos de profunda miel de miel oscura lámpara la de tu carne para las heladas del mundo Fuente : Roque Dalton, “Asela”, en: Los testimonios . UCA Editores, San Salvador 1996, p.116. Seducción: …hechizó a ese hombre que la quiso entre todos que hizo posible un día el florecimiento de su vientre poniéndole abejas furiosas en el cerebro que dejaron la tenue tela de su razón agujereada como una red de mar Fuente : Roque Dalton, “La Siguanaba”, en: Los testimonios . UCA Editores: Sal Salvador 1996, p.94

Copy-Paste: Casa de Citas

El título es mío. Se indica la fuente de la cita. Disposición: Asesinar un tigre no es en verdad un problema difícil, siempre y cuando tenga uno el ojo tenaz y la tiniebla del remordimiento dispuesta para el asalto. Fuente : Roque Dalton, “Profesión de fe”, en: Los testimonios . UCA Editores, Sal Salvador 1996, p.74. Génesis: Claro que es así, cipote. Mi Dios creó al hombre según su imagen y a su semejanza. Pero lo creó en un sábado, tronando de borrachera omnipotente y cuando su imagen tenía ya un criterio excesivo. De ahí que nosotros mostremos lágrimas, vísceras para el odio e itinerarios distintos para la sed y el amor. Lo cual anonada, cipote, anonada. Fuente : Roque Dalton, “Primera lección”, en: Los Testimonios. UCA Editores: San Salvador 1996, p.67. Nocturna: Por eso me desvelo como las semillas para decir que es amable cierto y bello insondablemente bello caer quedarse renacer en la noche lavar las manos en la noche metérsela bajo la piel

Copy-Paste: Casa de Citas

Indico la fuente. El título es cosecha mía. Brisa nocturna: Todo recogiendo su aroma para mi corazón todo pronunciando tu nombre para mi corazón en esta noche de otro mundo. Fuente : Roque Dalton, “Navegación en el rio Lempa”, en: Los testimonios . UCA Editores: Sal Salvador 1996, p.89. Deferencia: Cuando causa la muerte, siempre deja en el lugar tocado por sus pies de niebla, una flor hermosísima. Como si pagara una deuda a nuestro mundo por el cadáver con que lo acrecienta. Fuente : Roque Dalton, “El Justo Juez de la Noche”, en: Los Testimonios . UCA Editores: San Salvador 1996, p.83. Desprecio: Me habéis encarcelado aún más con vuestros ojos iracundos muriéndose de frío mi corazón bajo el torrente del odio. Fuente : Roque Dalton, El turno del ofendido . UCA Editores. Sal Salvador, 2000, p.10.

Pregunta a María.

¡María, María! ¿Estás segura de lo que dices? Es obvio que esto apenas puede ser una reconstrucción de sentido común de lo que fue la primera reacción de los discípulos al enterarse de las palabras de María. Cuáles hayan sido exactamente las palabras de María es otro cantar, e incluso, decir cuál María haya sido.  Los evangelistas canónicos, por lo menos, no proporcionan mayores datos al respecto. En Juan, María Magdalena está desconsolada por la desaparición del cuerpo del Maestro. En Lucas esta María, acompañada de Juana, María de Santiago y “las demás” –que también serían Juanas y Marías–, si bien no encuentran cadáver alguno, por lo menos tienen el privilegio de toparse con dos figuras refulgentes que anuncian “al que está vivo”; por esas cosas del sentido común masculino, el necio de Pedro no comprende nada: se trata de mujeres histéricas, al fin y al cabo. María Magdalena y María son, en Mateo, algo más privilegiadas: después del encuentro con el ángel que les anuncia la

Copy-Paste: El Buen Samaritano

Fuente: Crossan, John Dominic. The Power of Parable . HarperCollins Publisher, NewYork 2012. Fragmento del capítulo 3, "Parábolas de Desafío (1)". La traducción es mía. (...)  ahora expondré una tercera y última interpretación del Buen Samaritano, como una parábola de desafío. En realidad se trata de una paráfrasis de ese relato, no solo con diferentes personajes sino con un entorno distinto, 17 siglos después de Jesús. Aun así, en mi opinión es la más precisa interpretación dada jamás a esa parábola. El título completo de la novela satírica de Henry Fielding, publicada en 1742, es   The History of the Adventures of Joseph Andrews, and of His Friend Mr. Abraham Adams, Written in Imitation of the Manner of Cervantes, Author of Don Quixote . De allí, titula el capítulo 12: “Contiene muchas aventuras sorprendentes que Joseph Andrews encuentra en el camino, poco creíbles para aquellos que nunca han viajado en un coche-diligencia”. El incidente comienza así: No h

Frente al mar

Jesús, el Cristo, abrió los ojos y se encontró frente al mar. Inmenso, con un color ceniza que se encrespaba con lentitud hacia bermejo con la luz que rebotaba en sus pequeñas olas, impulsadas por un débil viento que sacudía sus cabellos. Inabarcable, estando ahí, quizás como siempre había estado durante tantos años y años, guardando secretos olvidados de todos los hombres y mujeres que alguna vez posaron en sus orillas, como él ahora, sentado y desnudo, mirando lo que nunca será visto. Se reflejaba en sus ojos el rumor de mareas y pesares, fija la mirada en cualquier punto, que en todos se sentía el pesado tiempo. Habría venido de ese mar también, como todos, madre primordial que a todos clamaba con su hechizo, canto oscuro de abismos que habían emergido, arrojándose a la vida. Aquel mar de tanto mar, y quizás (¿quizás él?) deseaba que fuera por un momento fuente estancada y clara, sobre la cual inclinarse para reconocer su rostro. Tanto le habían pintado e imaginado que se pensa

Manual Para no Perder el Alma

Fragmento del imaginado Cuaderno de apuntes de Deepak Chopra. Ante todo, evitar indagar en las traducciones. En la primera epístola a los Corintios, Pablo insiste en la realidad corporal del resucitado: soma pneumatikón . Mala traducción “cuerpo y espíritu”, y aún pésima “cuerpo y alma”; pneuma designa el Espíritu de Dios, y en la forma paulina estamos, entonces, ante un cuerpo invadido del Espíritu de Dios, y en el cual la psiké se pierde por completo, o por lo menos queda marginada. Encima de todo, Pablo se atreve a decirlo: siémbrase un cuerpo animal, resucita un cuerpo espiritual. Para fortuna de nuestra raza fuerte, poco caso hacemos de tales sutilezas, y seguimos prefiriendo cuerpo y alma ; un cuerpo que no es más que un apéndice del cual poco entendemos y que actúa más como lastre doctrinal de nuestros necios antepasados. ¡Es tan bella el alma! Allí somos nosotros mismos, somos cada uno, nos refugiamos de la miseria y el egoísmo del mundo, y aún hay quien la cultiv

Un sueño

Gemía, revolcándose sobre su cama. La evidencia corporal apunta a un sueño inquieto, del cual ni el cronista ni el evangelista pueden decir una palabra cierta, aunque sea cierto. “¿Qué sueñas Jesús, corderillo mío?”, podría haber dicho María, si ella no estuviera ya muerta, y aún podría consolarlo y Jesús abrazarse llorando a su regazo si no tuviéramos miedo que personajes tan egregios mostraran sentimientos tan comunes –rayando incluso en la cursilería– de humanidad que puedan atentar, de algún modo u otro, con la dignidad realzada que le han otorgado las culturas a través del tiempo, que solo admiten el lloro femenino ante el próximo cadáver, y esto como simple simulación de lo que ya no será cadáver, y la magnífica tranquilidad de un hombre ya ajeno al dolor, que en cada latigazo y golpe conserva su sobrehumana entereza, ejemplo último de humanidad. ¡Ay! , estaba escrito, ¡Ay! , estaba escrito, ¡Ay! , estaba escrito, ¡Ay! , está cumplido: inclinó la cabeza y entregó (con absol

Un pájaro

Gustaba acercarse de manera discreta, sin ser notado, a los diversos grupos que con espontaneidad se reunían. Caía la tarde, y se apostó en un ventanuco del muro de piedra, protegido por la sombra creciente pero lo suficientemente cerca para escuchar. Observando ahora, recordó al primer hombre, que conoció ya muchos meses atrás. Sus palabras hechizaban y giraban sobre los oyentes como pájaros que buscan las sobras delante de los quicios de las casas. Una vieja costumbre que no ha mucho había adquirido, pasando, no supo cuándo, de escucha a hablador. Creía acordarse de algunas de sus palabras, pero el tiempo se las había desdibujado. Pero, es casi seguro, alguna vez habló de lo mismo que hablaban ahora aquellos hombres reunidos en torno al fuego. El también había conocido semillas y las había visto crecer. Para decir las cosas que había que decir, se miraba las manos y, como todos, allí encontraba los relatos: en un pueblo pequeño, aunque no sea tu oficio el de labrador, igual está

Saulo prepara su viaje a Damasco

Solía respirar agitado, como una corriente interna que está a punto de convertirse en mortal marejada. Se contenía: tales iras no convenían a un hombre que ha dedicado su vida al estudio de las escrituras. Pero sabía también que su celo iba bien encaminado, aunque parecía percibir una inquietud que anidaba en su corazón, algo así como una piedrecilla en el zapato que le hiciera cojear muy ligeramente. Tres días antes había recibido una misión, y preparaba el viaje. Se encontraba sentado al frente de la casa de Tobías, en su compañía y viendo caer la tarde.  “Sé que es importante la misión que te han encomendado las sinagogas de Damasco”, dijo Tobías, dejando arrastrar su bastón sobre el suelo, como queriendo hacer un dibujo, “pero desconfío de algunos que te acompañan”. Saulo lo miró. Tobías nunca fue un maestro brillante, pero en su opinión era sensato. Saulo te tenía inmenso respeto: sus palabras solían marcar caminos firmes, sin tropiezo alguno. El sol que caía le daba cierto

Copy-Paste: Espejos

EL TAL PARO NACIONAL AGRARIO NO EXISTE, dijo el Presidente colombiano Juan Manuel Santos. al hablar de las movilizaciones de diversos sectores sociales. Al respecto, afirmó: "El tal paro nacional agrario no existe, hay algunos sectores de algunos departamentos que tienen legítimas reclamaciones que están pidiendo ayuda del Estado de forma legítima… Decían que van a aislar a Bogotá, no hay tal, son 10 o 15 personas, la situación está bajo control y los problemas se están solucionando". ( Caracol Radio , noticia de Agosto 25 de 2013). Uno de los mejores comentarios sobre las palabras del presidente, p ara mi gusto, lo escribió Daniel Samper Ospina, en su columna de la Revista Semana, del 31 de agosto de 2013: queda el vínculo para su lectura. SUB TIBERIO QUIES, "bajo Tiberio hubo calma", escribió el historiador romano Tácito,  al hablar de las relaciones mantenidas por la Roma imperial con los judíos de Palestina que condujeron a la primera rebelión de

Copy-Paste: Casa de Citas

Armas (ejercicio de las): Pero vosotros considerando haber tan gran diferencia en el seguir de las armas o en los vicios, y ganar los bienes temporales, como es entre el juicio de los hombres y las animalias brutas, habéis desechado aquello que muchos codician y tras que muchos se pierden, queriendo pasar grandes fortunas por dejar fama loada, siguiendo este oficio militar de las armas, que desde el comienzo del mundo hasta este nuestro tiempo ninguna buena ventura de las terrenales al vencimiento y gloria suya se pudo ni puede igualar, por donde hasta aquí ninguno otros intereses ni señoríos habéis cobrado, si no poner nuestras personas llenas de muchas heridas en grandes trabajos peligrosos, hasta las llegar mil veces al punto y estrecho de la muerte, esperando y deseando más la gloria y fama que otra alguna ganancia que de ello venir pudiese… Fuente : Amadís de Gaula . Tomo 2: Cuarto libro, Capítulo IV. Editorial Nueva Nicaragua: Managua, 1988, p. 204-205. Asombro: El s

Copy-Paste: Casa de Citas

Insatisfacción: Pero como en las cosas perecederas de este mundo no haya ni se puede hallar ninguno acabado bien, pues que Dios no lo quiso ordenar, que cuando aquí pensamos ser llegados al cabo de nuestros deseos, luego en punto somos atormentados de otros tamaños o venturas mayores… Fuente : Cap. 56, libro 4. del Amadís de Gaula . Tomo 2: Editorial Nueva Nicaragua: Managua 1988, p.390. Galantería: Mi buen señor, yo creo verdaderamente que estas señoras no son nacidas como las otras mujeres, sino que aquel gran sabedor Apolidón por su gran arte las hizo y las dejó aquí en esta Ínsula, donde las hallasteis, y no puedo pensar sino que ellas y yo estamos encantados; que puedo decir, y es verdad, que si en todo el mundo tal compaña como ésta se buscase, no sería posible poderse hallar. Fuente : Cap. 29, libro 4, del Amadís de Gaula . Tomo 2: Editorial Nueva Nicaragua: Managua 1988, p.351. Flirteo: … y pensó que la dulce palabra y el rostro amoroso con los agrada

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Testamento: La historia de un rey que construye un templo, que va terminando mientras su cuerpo se destruye por la lepra. Fuente : Juan Antonio Vallejo-Nágera, Mishima o el placer de morir . Barcelona, Planeta 1995. p.29. Monstruo: …tomó por su mujer a su hija Bandaguida, en la cual aquella malaventurada noche fue engendrada una animalia, por ordenanza de los diablos, en quien ella y su padre y marido creían, de la forma que aquí oiréis. Tenía el cuerpo y el rostro cubierto de pelo, y encima había conchas, sobrepuestas unas sobre otras, tan fuertes, que ninguna arma las podía pasar, y las piernas y pies eran muy recios y gruesos, y encima de los hombros había alas tan grandes, que hasta los pies le cubrían, y no de péndolas, mas de un cuero negro como la pez, luciente, velloso, tan fuerte, que ninguna arma las podía empecer, con las cuales se cubría como lo hiciese un hombre con un escudo; y debajo de ellas le salían brazos muy fuertes, así como de león, todos cubiertos d

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Sumisión: Todas aquellas señoras se otorgaron en esto, que Gransandor partiese luego; mas Mabilia toda aquella noche nunca cesó de llorar con él, pensando que de aquel viaje no se le podrían excusar grandes peligros y afrentas; pero en la fin, queriendo más la honra de su marido que satisfacer su deseo, tuvo por bien que así lo hiciese. Fuente : Cap. 48, libro 4. del Amadís de Gaula . Tomo 2: Editorial Nueva Nicaragua: Managua 1988, p.411. Prudencia: Esto es lo que se ha de saber en la vida para ordenar los pasos en una forma sabia. Pues si a la muerte vamos hemos de saber los lugares entre los que se ha de repartir nuestro destino. Fuente : Roque Dalton, “El Tlamatini”, en: Los testimonios . UCA Editores, San Salvador 1996, p.44. País: Un día te arrastraré hasta mi país, el cosmos cómico, el microcosmos anacrónico, donde aún se dan puntapiés bajo la mesa Caín y Abel. Fuente : Roque Dalton, “El paso de los años”, en: Taberna y otros lugares, UC

En Caná de Galilea

Una boda. Fiesta, ornamentos, alegría, todos convocados desde las pequeñas cumbres de sus miserias, envueltos en ellas como festones sobre el cuerpo, para entrar por la pequeña puerta y transformarlas en esa extraña luz hermanable que de pronto olvida y hace crecer brevísimos pastos en ausentes llanuras. Si estamos en Caná de Galilea, y si se trata de los evangelios, es indudable: estamos ante el milagro del vino. Si uno de los personajes se llama Jesús, con más veras: tiene que ser un milagro. Si es un milagro, tiene que ser algo frente a lo cual la pobre lógica humana se excede, proclaman casi todos. El ciego no es casi todos. “Recuerda”, dice, “que yo era ciego, y ahora veo”. “Tranquilo ciego”, dice el teólogo, o el predicador, o el historiador, o incluso un teósofo: “tus palabras serán mejor explicadas por mí”.  Estas cosas venden: el teósofo, hay que decirlo, ha tomado ventaja. Se trata de la verdadera ciencia, explica, tan avanzada que nuestra mentalidad escasa aun no es

Copy-Paste: Casa de Citas

El Endriago del título de la cita es mío. Se indica la fuente de la cita. Zoom: Pues venida el alba, las trompetas sonaron, y tan claro se oían los unos a los otros como si juntos estuviesen. La gente se comenzó a armar y a ensillar sus caballos, y por las tiendas a oir misa, y cabalgar todos y se ir para sus señas. ¿Quién sería aquel de tal sentido y memoria que, puesto caso que lo viese y mucho en ello metiese todas sus mientes, que pudiese contar ni escribir las armas y caballos con sus divisas y caballeros que allí junto eran? Por cierto mucho loco sería y fuera de todo saber el hombre que en este pensamiento en sí tomase; y por esto, dejando lo general, algo de lo particular se dirá aquí, y comenzaremos por el emperador de Roma… Fuente : Cap. 28, libro 4. del Amadís de Gaula . Tomo 2: Editorial Nueva Nicaragua: Managua 1988, p.283. Rencor: … díjoles Arcalaus: “Caballeros, decir a Amadís que a las bestias bravas y a las animalias brutas suelen poner en las jaulas,

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Se cita la fuente de la habitación, cuyo nombre ha sido una arbitrariedad mía. Bélico: Y quiero que sepáis que la causa porque estos caballeros caminaban tan largos caminos sin aventura hallar, como en los tiempos pasados, era porque no entendían todos en otra cosa salvo en aderezar y aparejar las cosas necesarias para la batalla; que les semejaba, según la grandeza de aquella afrenta, que entremeterse en las otras demandas que a esta empachasen, era cosa de menos valor. Fuente: Cap. 25, libro 4. del Amadís de Gaula . Tomo 2: Editorial Nueva Nicaragua: Managua 1988, p.275. Maíz: Son tus panecillos pequeños como dientes furiosos focos de la luminosidad hecha polvo sin mancha polvo nutricio para el músculo hambriento empujado por el corazón al amor o a la guerra. (…) Hay algo en ti de lava solidaria algo de río al sol bajo las piedras algo de hueso de las nubes algo de la ceniza de la cal. Fuente: Roque Dalton, “Al maíz”, en: Los testimonios . UCA

Copy-Paste: Casa de citas

Se cita la fuente. El título de la cita, cosecha (desafortunada o afortunada) personal. Calendario: granero de los días Fuente: Roque Dalton, “El humo”, en: Los testimonios . UCA Editores, San Salvador 1996, p.57. Vuelco: Y me anochece esperando la mañana. Fuente: Roque Dalton, “Un mariachi”, en: Los testimonios . UCA Editores: Sal Salvador 1996, p.18. Infancia: Qué ancianidad la de sus ojos perdidos entre la piel del rostro difícil qué ancianidad la de sus despaciosos movimientos para sangrar con más dolor las garras de los animales derrotados. Fuente : Roque Dalton, “Niños en el Paseo de La Reforma”, en: Los testimonios . UCA Editores: Sal Salvador 1996, p.16. Dote: Diles, además, que me voy a casar de nuevo contigo, y a quienes no quieran que me case para que me lleves a México, diles que soy yo quien te llevo, y que no te voy a dar de dote los cien mil florines que dicen que te entregó mi padre, que no te voy a dar, como Catalin