Sumisión:
Todas aquellas señoras se otorgaron en esto, que Gransandor partiese luego; mas Mabilia toda aquella noche nunca cesó de llorar con él, pensando que de aquel viaje no se le podrían excusar grandes peligros y afrentas; pero en la fin, queriendo más la honra de su marido que satisfacer su deseo, tuvo por bien que así lo hiciese.
Fuente: Cap. 48, libro 4. del Amadís de Gaula. Tomo 2: Editorial Nueva Nicaragua: Managua 1988, p.411.
Todas aquellas señoras se otorgaron en esto, que Gransandor partiese luego; mas Mabilia toda aquella noche nunca cesó de llorar con él, pensando que de aquel viaje no se le podrían excusar grandes peligros y afrentas; pero en la fin, queriendo más la honra de su marido que satisfacer su deseo, tuvo por bien que así lo hiciese.
Fuente: Cap. 48, libro 4. del Amadís de Gaula. Tomo 2: Editorial Nueva Nicaragua: Managua 1988, p.411.
Prudencia:
Esto es lo que se ha de saber en la vida
para ordenar los pasos en una forma sabia.
Pues si a la muerte vamos hemos de saber los lugares
entre los que se ha de repartir nuestro destino.
Fuente: Roque Dalton, “El Tlamatini”, en: Los testimonios. UCA Editores, San Salvador 1996, p.44.
País:
Un día te arrastraré hasta mi país,
el cosmos cómico,
el microcosmos anacrónico,
donde aún se dan puntapiés bajo la mesa
Caín y Abel.
Fuente: Roque Dalton, “El paso de los años”, en: Taberna y otros lugares, UCA Editores, San Salvador 2000, p.141.
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