Individuo:
Si se pudieran medir los saltos de atención, el rendimiento de los músculos de los ojos, los movimientos pendulares del alma y todos los esfuerzos que tiene que hacer un hombre para conseguir abrir brecha a través de la afluencia de una calle, es de presumir que resultaría... una dimensión frente a la cual sería ridícula la fuerza que necesita un Atlante para sostener el mundo. De ahí se podría deducir qué esfuerzo tan titánico supone el de un individuo moderno que no hace nada.
Fuente: R. Musil, El hombre sin atributos, Parte 1, Cap.2.
Juego:
Apolo delante iba con la muy venerable égida y demolía el muro de los aqueos con gran facilidad, como la arena junto al mar un niño cuando, nada más fabricar con ella pueriles juguetes, vuelve en sus juegos a desbaratarlos con manos y pies.
Fuente: Homero, Ilíada, Canto XV, 360-364.
Moscas:
“Pero muy atroz miedo siento de que entre tanto en el cuerpo del fornido hijo de Menecio penetren las moscas por las heridas abiertas con el bronce, críen gusanos, mancillen lo que ya sólo es un cadáver -su vida ya está exterminada- y se pudra toda la piel”.
Le respondió entonces Tetis, la diosa de argénteos pies: “¡Hijo! No sea eso motivo de cuita para tus mientes. Yo trataré de protegerlo contra la feroz estirpe de las moscas, que devora a los mortales asesinados por Ares”.
Fuente: Homero, Ilíada, Canto XIX, 23-31.
Ruina:
Y remató con énfasis casi teatral: “El hombre es usted”.
El general lo cortó de un tajo: "Yo no existo"
...
“Llega usted tarde”, le había dicho el general. “Aquí no queda nada”.
Fuente: Gabriel García Márquez, El general en su laberinto, RBA Editores, Barcelona 1993, p.148, 194.
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