Ir al contenido principal

Copy paste: Viernes santo

El texto que reproduzco, cuya traducción de fue proporcionada por Javier Giraldo, proviene de: Sawicki, Marianne, Seeing the Lord. Minneapolis, Fortress Press, 1994, p. 9

En quinto lugar, Jesús fue violado sexualmente. Como preso político que fue “desaparecido” por un escuadrón de la muerte, él fue totalmente vulnerable a la tortura, mediante la cual los mercenarios imperiales se divertían ellos mismos luego de un arresto clandestino y un juicio a media noche. A la luz del día Jesús murió desnudo, frío, ensangrentado y desgarrado, bajo la mirada desdeñosa de los hombres que se habían apoderado de él. Las miradas de ellos sobre el crucificado se han prolongado estéticamente en las tradiciones de la imaginería occidental. El cuerpo retorciéndose sobre una cruz dorada y el bebé contorneándose sobre las rodillas de la madona son representaciones artísticas estereotípicas de la sexualidad humana de Jesús que nos resultan familiares, a través de las cuales él era tan vulnerable como cualquiera de nosotros. Su frágil humanidad fue la pantalla sobre la cual se proyectaron y ejercitaron las pasiones de otros. La mirada del torturador que lo convertía en objeto no era todavía una visión del Señor Resucitado, pero era una condición previa de tal visión. La mirada ultrajante hacía de Jesús una mera carne apropiada para la matanza; esa fue justamente la manera de ver que la visión de la resurrección desbarató y anuló. Convertido en víctima, Jesús fue identificado con otras víctimas que hicieron uso de él para oponerse y para subvertir las prácticas dañinas que constituían las relaciones de género, raza y clase a lo ancho de la sociedad greco-romana del siglo primero.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Comentario: Mira por dónde (Savater)

1. EL LIBRO Entre mis desordenadas manos cayó, a principios del mes pasado, la “autobiografía razonada” –tal es el subtítulo- de Fernando Savater, titulada Mira por dónde (Taurus, Bogotá 2003). No es gran cosa, si se atiene el lector a las difusas exigencias de la alta literatura o la alta filosofía, pero es esplendorosa e indecentemente (para aquéllos) alegre . Creo que tal calificativo gustaría al autor, tan despreocupado de autoridades eruditas, tan humano en esa cotidianidad que a todos nos envuelve y que nos aleja de los eminentes, tan burlón de estos. Es un libro alegre. Algunos alzarán la ceja. Le comenté a un amigo, filósofo, que acababa de leer “un libro ligero de un tal Savater, español, creo” –dicho así tan sólo para picarle la lengua-. “Es un filósofo vasco”, me respondió, “que ni es filósofo ni es vasco”. Suficiente elogio. Algo así cuenta Savater, respecto de alguno de sus amados autores: basta la prohibición de alguien muy serio, para saber que encontraremos algun...

Arriba, abajo

  1. La primera taza de café, justo antes de comenzar la mañana. Gemelas siamesas entrelazadas, esa taza y esa mañana. En la penumbra, el abuelo encendiendo los fogones para iniciar el origen, como en tantas otras madrugadas cuya presencia jamás vas a palpar de nuevo. El hágase del tiempo primigenio se encarna en los pasos lentos de los morrocoyes del patio de adentro, para apacentar el poco antes del resplandor que alzará entremezclados en copas de tumultuoso follaje, el primer alborozo de pájaros y las claridades mensajeras del primer calor. El agua hierve y reposa enseguida. Con ella y en ella, se sosiega el polvo del café, y fluye luego a cuatro pequeños pocillos para alzarse de ellos con su oloroso vaho, esparciendo su aroma por toda la casa como la cal que con cuidado esparce sobre las espesas paredes el viejo obrero que cada año las recompone, y aún un poco más allá, hasta la carrilera que saluda a la verja principal y conserva el paso invisible de los cuatro vecinos que ya ...

Jesús, cuerpo sin órganos (1)

En uno de los espacios en los que participo, nos hemos dedicado a leer algunas obras en torno de Jesús. Este año nos dedicaremos al ensayo de Manuel Villalobos. Con esta excusa, una vez al mes presentaré mi resumen-reflexión de los capítulos de su libro. Aquí, la primera entrega: Fuente: Villalobos Mendoza, Manuel. J esús, cuerpo sin órganos en el evangelio de Marcos . Madrid: Editorial Trotta, 2024. Sesión 1: Prólogo (Xavier Pikaza) [11-20], e Introducción [21-30]   Quienes nos acercamos a los planteamientos de Villalobos en Jesús, cuerpo sin órganos … [JCO, de ahora en adelante], recordamos de inmediato su anterior escrito, Cuerpos abyectos en el evangelio de Marcos . En ambos, como biblista busca comprometerse “con las nuevas voces emergentes que se resisten a ser invisibles” [ Cuerpos abyectos …, 11], desde un antiguo aprecio por Marcos, ese evangelio quebrado, caído y mutilado que deshace su cuerpo y trasgrede fronteras [ Cuerpos abyectos …, 14-18]. El exégeta Villalobos ens...