Dios, o la substancia que consta de infinitos atributos cada uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita, existe necesariamente. (Baruch de Spinoza) Aclaro a la audiencia, en primer lugar, que no soy poeta o filósofo. Con esto puedes dejar por sentado, estimado lector, qué ajenos nos encontramos aquí a las preocupaciones estéticas y/o del bien pensar. Buscas, ya lo sabemos, estremecerte, pero mira que no existe tal. Estás perdido, inválido, desvaído. Realizadas las aclaraciones respectivas, procedamos a la intención anunciada en el título. Dios, pobrecito, está cansado de tanto gritar, ronca la garganta y le duele la voz que eleva el hedor de sus pústulas lacerantes, su pulmonía le hace lento el andar de pies hinchados que no encuentran a nadie en el camino, tan sólo el polvo rojo que le hincha sus ojos purulentos, enceguecido de niguas que batallaron triunfantes desde sus testículos y sus orejas, (te comento, aquí entre nosotros (n...