De ti todo pertenece en el instante en el que el cielo se ensancha.
De ti cada rincón aéreo del ave que a mis ojos escapa.
De ti el aire que breve gira en la rosa y el viento cálido con su rumor.
De ti el vientre que alguna vez piedra, acre y madera fue.
De ti la hora del abandono y del luto, de la quema y la guerra.
De ti el murmullo exacto del dolor y el jadeo de la ceniza.
De ti la letanía interminable al pie de la tumba vacía.
De ti el amanecer oscuro, pero amanecer al fin y al cabo,
para ese aleteo del vientre en el cielo, del cielo en el ave,
del ave en la rosa, de la rosa en el viento.…
-.-
Un hombre escribe en el papel.
Inflige una herida. Hiende el universo.
El perro sigue ladrando.
-.-
La mirada al sol
con un grito.
La sombra calla
-.-
Un pájaro podrido
vuela hasta la huella
del niño.
-.-
Un sueño amplio penetra las orillas del párpado.
Su quilla no se detiene: descifra el nuevo mar
donde lo nocturno se desconoce.
Arte poética
He aquí como se levanta, palmo a palmo,
un pedazo de tierra fértil.
Lo miras un instante.
Sigues caminando.
Papel.
Llega el fuego.
La noche, hecha pedazos,
cae sin estrellas.
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