Qué deseo de abrazarte tan profundo me agobia,
buscar el pálpito de la línea azul en tus ojos,
y navegar mis falanges en ese viento tuyo
que se viste de negro en torno a tu imagen.
-.-
Si miras entre la lluvia, nada verás.
Columnas que esbozan un edificio,
límites lejanos que simulan ventanas,
evanescentes cortinas que esconden
muebles silenciosos tenues tapetes ollas
y tapaderas engañosas lágrimas pasos diluidos.
Son indiferentes.
Te han engañado al presentir tu inútil esfuerzo.
-.-
Las palabras aletean su sordo sentido.
Indiferentes, invaden nuestra piel.
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