Ir al contenido principal

Crónica del cuarto de la Reina


La reina atraviesa el umbral y, yendo por un pasaje secreto, se introduce en el pequeño armario de la abuela. A través de la rendija de la cerradura vislumbra a quienes se encuentran en su cuarto, esperándola, cada uno con un ansia diferente: el gato negro, el leopardo, el mago malvado, y tu hermano el príncipe enano.
El leopardo tiene pose de ataque, fauces abiertas y pupilas dilatadas, aún indeciso sobre cuál de los tres abalanzarse. El mago murmura –sabes que se dirige a ti– que ya puedes tomar venganza sobre tu hermano y el gato. Sientes palpitar la tragedia, pero te sabes protegida por las puertas del armario. El leopardo se mueve, y se levanta sobre sus patas traseras, frente al gato. Es una exageración: el gato no ha pedido, no merece, tal venganza. Entreabres la puerta del armario y llamas quedamente al gato; éste huye y se refugia contigo. El leopardo se transforma en puma, y frustrado, ataca a tu hermano. El uno huye, el otro persigue.
De pronto, la puerta del armario se vuelve un cristal claro, y el cristal empieza a desvanecerse. Con terror, la reina cae en cuenta que la puerta es tan sólo una imaginación que deja su concreta existencia si se pierde la concentración, como ahora ocurre. El puma se da cuenta, y se abalanza. La reina, con miedo, ajena, no puede concentrarse. El puma se acerca, asoma la cabeza, abre sus fauces. La reina alza la mano y la pone sobre ella, única manera de evitar su mordida. La única gota de sangre que cae le obliga a mirar un pedazo de roto espejo, donde, como si de un armario se tratase, se asoma tu ojo asustado.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Comentario: Mira por dónde (Savater)

1. EL LIBRO Entre mis desordenadas manos cayó, a principios del mes pasado, la “autobiografía razonada” –tal es el subtítulo- de Fernando Savater, titulada Mira por dónde (Taurus, Bogotá 2003). No es gran cosa, si se atiene el lector a las difusas exigencias de la alta literatura o la alta filosofía, pero es esplendorosa e indecentemente (para aquéllos) alegre . Creo que tal calificativo gustaría al autor, tan despreocupado de autoridades eruditas, tan humano en esa cotidianidad que a todos nos envuelve y que nos aleja de los eminentes, tan burlón de estos. Es un libro alegre. Algunos alzarán la ceja. Le comenté a un amigo, filósofo, que acababa de leer “un libro ligero de un tal Savater, español, creo” –dicho así tan sólo para picarle la lengua-. “Es un filósofo vasco”, me respondió, “que ni es filósofo ni es vasco”. Suficiente elogio. Algo así cuenta Savater, respecto de alguno de sus amados autores: basta la prohibición de alguien muy serio, para saber que encontraremos algun...

Arriba, abajo

  1. La primera taza de café, justo antes de comenzar la mañana. Gemelas siamesas entrelazadas, esa taza y esa mañana. En la penumbra, el abuelo encendiendo los fogones para iniciar el origen, como en tantas otras madrugadas cuya presencia jamás vas a palpar de nuevo. El hágase del tiempo primigenio se encarna en los pasos lentos de los morrocoyes del patio de adentro, para apacentar el poco antes del resplandor que alzará entremezclados en copas de tumultuoso follaje, el primer alborozo de pájaros y las claridades mensajeras del primer calor. El agua hierve y reposa enseguida. Con ella y en ella, se sosiega el polvo del café, y fluye luego a cuatro pequeños pocillos para alzarse de ellos con su oloroso vaho, esparciendo su aroma por toda la casa como la cal que con cuidado esparce sobre las espesas paredes el viejo obrero que cada año las recompone, y aún un poco más allá, hasta la carrilera que saluda a la verja principal y conserva el paso invisible de los cuatro vecinos que ya ...

Jesús, cuerpo sin órganos (1)

En uno de los espacios en los que participo, nos hemos dedicado a leer algunas obras en torno de Jesús. Este año nos dedicaremos al ensayo de Manuel Villalobos. Con esta excusa, una vez al mes presentaré mi resumen-reflexión de los capítulos de su libro. Aquí, la primera entrega: Fuente: Villalobos Mendoza, Manuel. J esús, cuerpo sin órganos en el evangelio de Marcos . Madrid: Editorial Trotta, 2024. Sesión 1: Prólogo (Xavier Pikaza) [11-20], e Introducción [21-30]   Quienes nos acercamos a los planteamientos de Villalobos en Jesús, cuerpo sin órganos … [JCO, de ahora en adelante], recordamos de inmediato su anterior escrito, Cuerpos abyectos en el evangelio de Marcos . En ambos, como biblista busca comprometerse “con las nuevas voces emergentes que se resisten a ser invisibles” [ Cuerpos abyectos …, 11], desde un antiguo aprecio por Marcos, ese evangelio quebrado, caído y mutilado que deshace su cuerpo y trasgrede fronteras [ Cuerpos abyectos …, 14-18]. El exégeta Villalobos ens...