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EN TANTO LLEGA LA MUERTE: Vuelta de hoja sobre Un judío marginal, de John P. Meier (1)

Nota: Actualmente adelanto un trabajo doctoral cuyo título, provisional, es La actualidad de Jesucristo: un planteamiento desde lo metódico. En lo que aquí viene al caso, este trabajo tiene como base primera un análisis discursivo de las formas de proceder de ciertos autores contemporáneos dedicados al Jesús histórico. Lo que aquí escribo se basa en lo elaborado en sendos capítulos dedicados a J.P. Meier. Lo que aquí escribo es, además, síntesis, ejercicio personal, complemento, capricho. Y, claro, las ideas, nociones, planteamientos, son mías, y de mi exclusiva (ir)responsabilidad.


1. Tres imágenes.
Entre los eruditos de temas bíblicos, y aún entre un público general informado, no resulta extraño el nombre de John P. Meier, en especial por la difusión editorial, aún en curso, de su magno Un judío marginal: Nueva visión del Jesús histórico (UJM, lo citaré, utilizando la edición de Verbo Divino).
Quienes han sido sus lectores conocen las vicisitudes de la obra, comentadas con trazos genéricos por el autor. El proyecto editorial inicia con la intención de cubrir la laguna contemporánea (en el momento de su publicación) respecto de un estudio concienzudo y concentrado sobre el Jesús histórico, y se concibió en dos momentos: el primero, dedicado a “las raíces del problema y de la persona”, y el segundo referido al ministerio público de Jesús y a los momentos finales de su vida. Tal fue lo que se presentó y anunció en el primer tomo, publicado en 1991. Pero el segundo tomo no cumplió con la notificación: publicado en 1994, ‘apenas’ se ocupó de los inicios del ministerio público de Jesús, su predicación del Reino y su actividad taumatúrgica; la excusa por la contravención fue la complejidad creciente de la materia, la cuidadosa revisión a que el autor sometió sus fuentes, y el atento diálogo con eruditos contemporáneos y pasados que se ocupaban de cada uno de los sub-asuntos. Estas razones acompañaron la publicación del tercer y cuarto tomo, en 2001 y 2009 (dedicados, respectivamente, a la red de relaciones tejidas en torno a Jesús, y los asuntos relativos a la Ley), amén de razones personales: la salud del autor, de deterioro creciente. Dado el cuidado con que el autor trata cada uno de sus temas, es de esperar la publicación de tres próximos y sendos tomos, tal y como deja entrever en las postreras líneas del cuarto tomo: uno dedicado a las parábolas de Jesús, otro a sus auto-designaciones, y uno final, a su muerte. Pero dada la edad y estado de salud del autor, todo puede ser posible: desde un tomo que trate tales asuntos, hasta una edición póstuma por parte de alguno de sus colaboradores. Lo único cierto es que al final de este proyecto erudito y editorial, espera la muerte.
En tanto llega lo que ha de llegar, conviene desandar los pasos y observar algunos elementos que serán recurrentes en la(s) próxima(s) publicación(es). Para el habla hispana, los dos primeros tomos de UJM dieron a luz en 1997 y, dada su positiva recepción, contribuyeron a una traducción más pronta del tomo 3 y 4, presentadas al público en 2003 y 2010. Lo anterior puede ser indicio de la desinteresada labor editorial que no atiende tanto al mercado sino al contenido (lo digo en broma): el caso es que, sea uno o varios los tomos que aún quedan, los lectores de habla hispana podrán esperar una muy pronta traducción, dado el éxito editorial que ha precedido. Esperamos que el nuevo o nuevos tomos no quede como aguantalibros en los estantes de los aficionados... Sea lo que sea tal dato, no es, por supuesto, lo que le interesa a Meier, quien tan solo desea centrarse, de manera honrada, erudita y objetiva, en el Jesús histórico, esto es,  “el Jesús que podemos recuperar, rescatar o reconstruir utilizando los medios científicos de la investigación histórica moderna” (UJM, tomo 1, p.29: es la noción que usa en los tomos subsiguientes, y que seguramente repetirá en los de futura factura). 
Esto implica, insiste, en una presentación extensa y cuidadosa, para dar cuenta del debate contemporáneo en torno de tal asunto. Ahora bien, este debate no está exento de polémica frente a la cual hay que tomar posiciones. La suya es sutilmente soberbia: no existe, afirma a través de sus cuatro tomos, exposiciones sólidas, amplias, serias o suficientes, en torno de los diversos temas que expone. Meier se presenta como aquel que explorará y dará cuenta de la inexplorada laguna. Dará solidez a aquello que no es sólido, en los estudios sobre el Jesús histórico (no sólo contemporáneos, sino incluso pasados: ya dio cuenta de Bultmann, por ejemplo).
Lo no-sólido es, precisamente, el judío marginal llamado Jesús. Y es curioso, porque si en principio –Meier así lo dice– Jesús parece ser un mashal, un enigma insinuante, todo su discurso (UJM) está destinado a centrar a ese marginal, y a descorrer el velo del misterio de la historia. Lo que era un enigma, poco a poco a lo largo de sus páginas, se va volviendo problema. Lo que era un margen, se va volviendo centro. No es algo que esté mal, por supuesto, y se agradece su rigor. Solo que es un rigor clarificador, no un rigor desafiante.
Lo anterior se complementa con la auto-referencia de UJM como una especie de cónclave: voces de diversas religiones y sensibilidades, acuerdan un trazo consensuado sobre quién fue Jesús. Para lograr tal meta, el cónclave se impone la objetividad, expulsando la subjetividad. Meier es, claro, el cónclave imaginado, que desconoce los cónclaves reales (el Jesus Seminar, por ejemplo), y que además cree abstraer la subjetividad. Pero esta subjetividad se cuela de modos insospechados en su discurso. Se trata de una subjetividad –la del enunciador del discurso UJM, Meier– que obedientemente trata de sujetarse al paradigma de la objetividad del discurso. Por esta razón, en la auto-referencia que de sí tiene el autor y su obra, puede imaginarse que él es el cónclave, que es quien da una palabra lo más completa posible sobre un problema investigativo, y que es quien presenta con solidez aquello que otros autores no han sabido tratar.
En suma: lo primero que hemos de esperar del próximo(s) tomo(s) de UJM es su autoreferencia como la obra que suplirá las lagunas en torno a los asuntos que tratará, que resolverá o se aproximará a la resolución de problemas (no acepta el desafío de los enigmas) relativos al Jesús histórico, y que se autovalidará, en tanto cónclave no papal, como verdadera aproximación científica por la objetividad del conocimiento así elaborado.

En las próximas entradas de este blog, exploraré otros elementos cuya recurrencia es previsible en la futura publicación del tomo 5 (¿6? ¿7?) de Un judío marginal.

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